Llegaron

Abrazame fuerte. Abrazame porque ya empezaron los truenos. Llegaron como en el fondo deseaba, llegaron rápido. Cierro los ojos, me escondo. Llegaron y lo único que espero es ese abrazo, ése que promete que no terminará hoy. Y es que por más que lo intente cambiar, mi corazón sigue siendo el de aquella niña tan seria y solitaria, que desde el principio hubiera preferido entender menos, hubiera preferido no aprender a extrañar. Cierro los ojos abiertos que presienten las luces de fuera. Al abrirlos quisiera estar equivocada, ¡mierda, que quisiera estar equivocada! Y poder creer que podemos acomodarnos, y movernos, y reacomodarnos, y volvernos a mover. Y que la tozudez con que nos tomamos de las manos, hasta que terminen completamente húmedas, es la que sostiene todos los sueños de la humanidad. Abrazame, abrazame fuerte. Porque ya llegaron.

Foto: Diana Hohl